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LEO 23 de Julio al 23 de Agosto Regente: El Sol Elemento: Fuego Piedras: Cuarzo aurífero, 0jo de tigre, diamante y granate, cuyas vibraciones predisponen a la indulgencia y al misticismo. Colores: Anaranjado dorado y amarillo oro para fomentar el genio y anular la frivolidad. Números: 1, 9 y 10 de cada mes. Anatómicamente: Rige el corazón, el plexo solar, los costados, la parte superior de la espalda. Características generales Leo es de carácter enérgico, autoritario y huidizo. Es filósofo cuando sufre controversias y humillaciones. No alimenta rencores y prefiere superar el hastío mediante la diplomacia y el perdón. En amor se siente atraido por la extravagancia de espíritu, por el tradicionalismo aparente y por el prestigio intelectual y mundano. También es muy sensible al estilo y a la clase de las personas. En la mujer las cuestiones sentimentales conllevan a menudo una evolución dramática. En los hombres las experiencias pasionales son vivas y duraderas. Por lo general las relaciones afortunadas se dan con Capricornio y Piscis. Si el fuego cardinal de Aries es animal (ciego y sublime), el fuego fijo de Leo es la expresión de una fuerza dominada, de un fuego individualizado, consagrado a las potencias del «Yo», de la voluntad dirigida, fuerza central reguladora e irradiante de vida, de calor, luz y brillo. Corresponde a la quinta casa del Zodiaco y representa la vitalidad, la energía controlada y constante, el deseo de potencia subjetiva, el paso de la fase inconsciente a la consciente. Los nacidos bajo el signo de Leo están regidos por el Sol, símbolo de la vitalidad, que los hace conscientes de su propia fuerza y de su propia conciencia. A menudo de constitución atlética y, aún más a menudo, animado de un temperamento bilioso. Fuerte, sano, que va al encuentro de la vida, confiado, feliz, natural, con una abundancia vital que le presta aplomo, anchas espaldas, seguridad, audacia, sed de conquista, de dominio y ambición. Es un apasionado del impulso del «Yo»: ° expansión vital hasta la hipertrofia tiránica de la voluntad, sentimiento de grandeza, porte, orgullo, sobreestimación de sí mismo, necesidad de prestigio, carácter magnánimo, altivo, recto; ° gran ambición realizadora, movilización de las fuerzas íntimas, en la más alta tensión interior, al servicio de una pasion dominante, de un ideal que se convierte en el alma de su vida, el centro de su existencia; ° sentido de mando, de poder, de responsabilidad. La valentía, la audacia, el deseo de sobresalir son características de Leo, que demuestra su propia fuerza con absoluta naturalidad y espontáneamente. La seguridad que tiene de si mismo le hace aspirar al mando, la autoafirmación, el éxito (sobre todo en el ámbito social). Aferrado al presente, tiene un fino sentido de la realidad, que le capacita para valorar exactamente cada aspecto de ésta. A diferencia de Cáncer, vuelto hacia el pasado y todavía inmerso en el inconsciente, Leo afronta su propia existencia tratando de controlarla y de vivirla con absoluta seguridad y conocimiento de causa. El mayor riesgo que corren los individuos nacidos bajo el signo de Leo es la sobrevaloración de sus propias cualidades. La inflación de su propio ego puede dar como resultado un individualismo exacerbado con todos los excesos que esto conlleva. Así, los Leo que no sean capaces de desarrollar armónicamente su propia personalidad reflejan de forma negativa las cualidades potenciales del signo. Entonces predominan el orgullo, la megalomanía; en fin, la desproporcionada confianza en sus propios medios. Este tipo de sujetos vuelcan todos sus objetivos estrictamente hacia cosas materiales sin ningún deseo de evolución interior y con absoluta incapacidad de sublimación (dependiendo de los aspectos de su carta Natal). El sentido de autoridad se transforma en autoritarismo, la generosidad en un estéril exhibicionismo, el deseo de afirmación en tiranía y en afán de dominio. El control de su propia fuerza y vitalidad es esencial en el Leo para el desarrollo armónico de su personalidad. Cuando sus cualidades potenciales se realizan y el individuo es capaz de controlar su voluntad con un fuerte sentido de la responsabilidad consciente, encontramos sujetos capaces de acciones inesperadas por su alto contenido ideológico, pudiendo trascender a experiencias creativas en el campo artístico con óptimos resultados. La fragilidad de Leo se manifiesta en la necesidad de ser admirado; por este motivo puede ser presa fácil de astutos aduladores, que pueden herirle en su talón de Aquiles. Leo, de hecho, no es astuto y si trasparente, aborrece la hipocresía y el retorcimiento. Es su debilidad, pero también su fuerza. Afectivamente es pasional, ama sinceramente, con lealtad y generosidad; pero, como a la vez anida en él el peligro de ser demasiado orgulloso y exigente, puede convertirse en tirano y egocéntrico hasta la insensibilidad, provocando grandes sufrimientos. La mujer del signo. Posee las mismas características del hombre Leo, por lo que tiene necesidad de afirmación v reconocimiento sociales. Optima organizadora, está más cualificada para desempeñar un trabajo o profesión que para ejercer de ama de casa. En el plano afectivo necesita tener cerca un compañero importante o por el que sienta gran estima o admiración. Tanto él como ella dan importancia al dinero, sobre todo para poder gastarlo y de esta forma procurarse una vida confortable, de la que no pueden prescindir, siendo a la vez uno de los signos más manirrotos del Zodíaco. |
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