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CAPRICORNIO 22 de Diciembre al 20 de Enero Regente: Saturno Elemento: Tierra Piedras: Onice y Opalo equivalentes a firmeza y videncia. Colores: Verde oscuro y terciopelo negro para conseguir éxito económico, diplomacia y viajes sentimentales. Numeros: El 3 y todos sus múltiplos. Anatómicamente Capricornio está asociado a la columna vertebral, las rodillas y la parte inferior de la pierna. Características generales El Capricornio elige en su vida el trabajo y la laboriosidad, junto a una cierta propensión por el ahorro, a los que a menudo dedica toda su existencia. En amor le son favorables los signos Virgo, Tauro y Escorpión, y los tan difíciles pero fascinantes, Aries y Libra. Opuesto a Cáncer que es el signo de la madre, de la cuna, de la encarnación y, asimismo, tanto de lo íntimo como de lo suprasensíble, Capricornio tiende a lo impersonal, a la desmaterialización, a la liberación de lo terrestre. Por ello, es el signo de Saturno al que se añade (exaltación) Marte. Regidos por Saturno, los nativos de este signo se caracterizan por un frío desapego, que les confiere una gran capacidad para evaluar racionalmente la realidad. Poco emotivos en general, parapetados y siempre a la defensiva, están animados por una profunda ambición, que los capacita para realizar sus objetivos incluso a largo plazo. Dotados de gran capacidad de concentración, indiferentes a los éxitos de brillo fugaz, tienden a controlar con fría racionalidad cualquier situación y a dominar sus emociones con tal de alcanzar las metas que se fijaron. Si alcanzan el éxito, se tratará seguramente de un éxito estable y duradero, ya que ha sido logrado poco a poco, con lucidez y mucho esfuerzo. Los obstáculos no los asustan, incluso los estimulan a continuar, aunque sea lentamente y, a veces, renqueando -como la cabra que tiene que alcanzar la cima de la montaña-. Para estos individuos todo es conquista, incluso a costa de grandes sacrificios y renuncias. Este tipo es un ser frío, edificándose su personalidad en un movimiento de retraimiento sobre sí mismo y de concentración que excluye toda exteriorización. Este ser «frío» es, a la vez, introversión e inemotividad, real o aparente (el «apasionado frío»), lo que le asegura el dominio sobre sí mismo. Es, también, un ser lento: paciencia, perseverancia, estabilidad, ponderación, meditación, pesimismo, soledad o la melancolía. Si se asocia al frío saturnino, la sequedad marciana, tenemos al nervioso duro, sólido como una roca: es un ser rudo que se beneficia de un sólido equilibrio por el dominio de los sentimientos y la firmeza de carácter: aplomo, sangre fría, robustez, disciplina, obstinación, densidad, fijeza. Dos tipos se presentan: El ambicioso: Naturaleza caracterizada por una áspera afirmación del Yo al servicio de una voluntad de poder o de un orgullo impregnado de necesidad del dominio. Ambicioso, su líbido posee una gran sed de elevación. Existen posibilidades de que se alce a la cumbre por su silenciosa y paciente obstinación, su previsión, su larga premeditación, su lucidez, su voluntad bien encauzada; también llega a ella a través de un frío cálculo y una habilidad diplomática a la manera de una lama de acero, así como por su indomable carácter o su dureza de granito. El Desapegado: Su líbido se desapega del mundo terrestre, de los deseos y posesiones materiales; toma el camino del desprendimiento. Se trata, a veces, de una ambición inhibida, revelada por una humildad exagerada, un desinterés excesivo, tormentos morales y escrúpulos dolorosos. Se trata, también, en este caso, de una ambición, pero es moral, tendida hacia una elevación espiritual: ascesis, contemplación, meditación o consagración total de sí mismo a los demás o a una vida impersonal entregada a una gran obra, sobre áridas pendientes que conducen a cimas luminosas. Corresponde a la décima casa del Zodiaco, la de la autonomía y del éxito social. Opuesto a Cáncer, cuarto signo del Zodíaco, que representa la madre y los orígenes, este signo invernal no concede la menor debilidad ni nostalgia. Para él, en oposición a la ternura de Cáncer, el pasado no puede estar presente, ya que le obstaculizaría su caminar inexorable, que debe conducirle a su meta, incluso si ésta fuera una meta llena de soledad. La escasez de ilusiones produce un carácter oscuro, pesimista, aunque ni mucho menos pasivo frente a los obstáculos de cualquier tipo. Su característica principal es quizá la indiferencia, que le hace posible proseguir su largo camino hacia la meta trazada sin dejarse influenciar por los demás. La exaltación de Marte le confiere una agresividad extremadamente controlada, que siempre da en el blanco. En el plano de las relaciones sociales y afectivas la frialdad de Capricornio puede crearle problemas. El control, la racionalidad y la desconfianza dominan su vida afectiva. Las grandes pasiones están absolutamente excluidas: por este motivo sólo después de haber valorado todos los aspectos de una relación sentimental Capricornio se siente preparado para tomar la gran decisión de unirse a una persona, a quien proporcionará casi siempre estabilidad y seguridad material, pero muy poco de si mismo. Este signo es más capaz que cualquier otro de sostenerse sobre sus propias piernas sin necesidad de ayuda. Ama la soledad y es indiferente a las comodidades, ya que se contenta con poco, siendo a menudo un gran ahorrador. Capricornio realiza más cosas a partir de la segunda mitad de su vida -y a menudo en la vejez-, ya que su ascensión es lenta pero segura. La mujer del signo. Al igual que el hombre, está dotada de un gran sentido práctico y es muy ambiciosa. También ella mira más al porvenir que al pasado y tiende a organizar su vida afectiva y profesional sobre bases sólidas y seguras. Tanto el hombre como la mujer deben tener cuidado para no dominar en exceso a los demás con su egoísmo o con una dureza exagerada, que los llevaría inevitablemente a la soledad. |
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